Es una instalación artística que alegoriza mediantes una representación físico-digital los ámbitos científicos de la Neurobiología Vegetal y la discusión existente del planteamiento de esta.
Esta instalación nace de la observación de las reacciones de una planta en un entorno determinado. Las plantas a pesar de aparentar quietud, presentan una enorme actividad interna captando y respondiendo a los estímulos de su entorno como la humedad, la luz, la gravedad, el contacto. Frente a estos estímulos las plantas reaccionan con movimientos y variaciones en su desarrollo que ocurren a una velocidad muy lenta lo que hace difícil percibirlos.
De acuerdo a nuevas investigaciones las plantas podrían aprender, recordar incluso emitir sonidos para manifestar el dolor lo que abre un espacio para considerar nuevas formas de inteligencia distinta a la humana.
Esta instalación busca representar la interacción de las plantas con los estímulos externos y preguntarnos por las estructuras con las que recogen los datos sensoriales del ambiente, cómo los integran y las respuestas que generan.
Creamos relaciones a través de sensores que perciben la cercanía del espectador lo que se manifiesta a través del comportamiento de las luces para crear un diálogo en la utilización del del espacio.
UNA OBRA DE:
Javier Garay y Paola G. Olea
COLABORADORES:
Luis Guajardo
AGRADECIMIENTOS:
Sinestesia
Familia González Olea
Carla Orellana
Arquitectura Caliente